miércoles, 9 de diciembre de 2015

Novias con velo, sí o no.

Los 90 fue una época en la que se pusieron muy de moda las novias veladas. Quizá hoy ya hemos dado la vuelta a ese ciclo y sea esa la razón por la que vemos cada vez más chicas que deciden volverse a velar. Sea por la razón que sea,  es indiscutible que crea una bonita sensación y un estilo muy pero que muy favorecedor.


En todo caso, llevar velo o no, es cuestión de gusto, de personalidad, de estilo y quizá hasta de comodidad. Para que nos vamos a engañar… Instagram, Facebook y Pinterest logra crear en todas nosotras miles y miles de dudas ante esta decisión, pero la realidad de todo es que tú no debes perder tu propio yo.





Todas esas niñas que ves en los reportajes, en los post y en los blogs, están radiantes, igual que lo estarás tú el día que te decantes. Sería incoherente no sentirte tú misma el día más feliz de tu vida.

Detrás de cada una de ellas, hay mil historias qué contar, por eso nosotras apoyamos la personalidad. Hay novias que lucen el velo que generación tras generación han ido poniéndose las mujeres de su familia. Para otras, lo más significativo y característico, es cruzar ese pasillo, con una mantilla bordada a mano. Incluso las hay que no necesitan nada, porque consideran que su vestido con un tocado, refleja su bonito estado.





Desde Del Verbo Invitar te animamos a que elijas tranquila, que te sinceres y  pienses lo que realmente te identificará delante de todas esas personas. Que miren las veces que te miren, las millones de veces que te digan lo bonita que estás, las veces que te abracen y te susurren al oído su felicidad, todas y cada una de ellas sepan que fuiste fiel a tu propia y única personalidad.



Después de verlas a ellas, ¿sabes ya con lo que sorprenderás?
Enamórate de lo elijas y seguro, seguro, que no fallarás.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

La boda de Andrea y Dani.

Esta será una de las bodas más especiales que podremos publicar en Del Verbo Invitar. Andrea es una de nuestras amigas, la conocemos muy pero que muy bien y sabemos lo feliz que fue el día de su boda, su esperada verbena y su deseado 13J.


Conoció a Dani hace 4 años, unos meses antes de marcharse a terminar sus estudios en Milán. Sus amigas todavía recuerdan la conversación en la que afirmaba que estaba segura de que él era el hombre de su vida. “Me casaré en el 2015, el 13 de junio, y tendré un Bulldog francés que se llame Gumersindo, Gumer para los amigos”, decía. A día de hoy, podemos confirmar que todos sus sueños, se han hecho realidad.



Andrea y Dani se casaron el pasado 13 de junio, en la Concatedral San Nicolás de Bari, en Alicante. Desde el primer momento apostó por un vestido confeccionado a medida. No quería grandes firmas, por lo que recorrió toda la ciudad buscando las personas que pudieran plasmar en él su personalidad. Es indecisa y cada vez que la imaginamos en el taller de los Hermanos Santon, no podíamos evitar la risa de estar seguras de que había hecho alguna nueva modificación. Adora el plumeti, en todas sus versiones, por lo que para ese día eligió un vestido elaborado con gasa de seda, plumeti y encaje. Llevaba un tocado personalizado en plata vieja de Tocados Le Touquet junto a un sencillo velo de tul de seda, con admirable caída.







Se vistió en casa de sus padres, quiénes también derrochaban pura elegancia. Su padre, dedicado a la sastrería masculina, llevaba un chaqué hecho a medida, elaborado por uno de sus compañeros, con chaleco cruzado y camisa personalizada. Mientras su madre eligió un original vestido con abrigo, de la firma alicantina No Te Nom.






Tanto del ramo como de la decoración, se encargó Chitina, a quién Andrea le dio libertad absoluta para que decorara todos los rincones de su boda que pudiera imaginar.






Por su parte, Dani llegó hasta al altar vestido con uniforme de gala, arropado por todos sus compañeros, quiénes más tarde realizaron el impresionante pasillo de sables, obedeciendo las órdenes de un mando superior.






Para hacer del día un recuerdo inolvidable, celebraron el convite posterior en el campo de golf de uno de sus amigos: El Plantío Golf Resort, un espacio único rodeado de naturaleza. Con restaurante propio, pudieron disfrutar de un largo cóctel y una entretenida cena, cambiando los planes hasta el último momento, ya que a pesar del buenísimo día que salió, terminó improvisando una inesperada lluvia de verano. Desde aquí felicitar a la coordinación del restaurante por su rápida actuación.







Sin duda alguna, Andrea y Dani demostraron junto a las cámaras de Kiwo Estudio Creativo, que un día tan bonito como ese, ningún imprevisto puede llegar a estropearlo. Ojalá todo el mundo tenga la oportunidad de vivir una boda como esta, en la que los novios no dejaron ni un segundo de sonreír.


Una y otra vez, volvería a vivir una verbena así.
#ponunaverbenaentuvida



lunes, 16 de noviembre de 2015

Una boda en noviembre.

Vivir en Alicante hace fácil casarte con buen tiempo, por eso cada día me pregunto por qué nos empeñamos en ciertos meses y aguantar ese exceso de calor. ¿No son suficientes los nervios de ese día, como para encima sumarle el inexistente aire asfixiante del sol?

Yo caí rendida en el mes de junio, su buena temperatura y sus rayos de sol, pero si tuviera que elegir hoy, ahora, para casarme mañana, apostaría por el otoño, por noviembre y su color.

Contactaría con Save the Date Projects
           Para invitar a mis amigos con una de sus gelialidades, completamente personalizada. Estoy segura de que ninguno sería capaz de fallar, viendo sus invitaciones no, seguro que no.


Mi vestido sería de Nicolás Costura
           Nadie mejor que él para acertar con una combinación de telas que logre identificarte. La manga larga sería un indispensable, así como un sencillo escote trasero acabado en pico.





Mis zapatos serían de color rosa cuarzo
           Estos de Jeffrey Campbell me parecen un aciertazo, desde su color hasta su manera de ser atados.


Montaría una verbena bonita en Casa Santonja
            Una finca construida en el siglo XIX, arropada por unos frondosos jardines con árboles centenarios que se extienden sobre una superficie de 20.000 metros cuadrados.




Y la decoraría de la mano de Elena Suarez &Co
            Sin ningún límite ni ninguna duda. Confiaría en ella con los ojos cerrados, para que formara el jardín más bonito que jamás hubiera pisado.



¿He podido convencerte?
Yo pongo el mes de noviembre, tú lo que quieras celebrar.
¡Fijemos la fecha, que ya toca organizar!