miércoles, 21 de octubre de 2015

La historia de mi vestido.

Se acercaba el momento de elegir y ninguna opción era buena, o no todo lo buena que la boda de una gran amiga merece. Dudas, infinitas revistas, muchas horas buscando pero ningún vestido que llegara a convencerme.

Buscando y rebuscando, di con un posible candidato. La siguiente misión suponía buscar a alguien que me lo cosiera, porque para mi poca fortuna, no estaba a la venta en ninguna tienda. Fue entonces cuando me di cuenta de la mejor solución: había llegado el momento de sacar del armario la máquina de coser que recientemente me habían regalado y ponerme manos a la obra para aprender. La costura era un reto al que le tenía ganas desde hacía tiempo, pero nunca hubiera pensado iniciarme de esa manera.

Conocía Factory Chic por un taller de punto que había hecho previamente y supe que era un buen momento para llamar a Raquel. Le pedí cita y le dije que necesitaba aprender a coser con un proyecto un tanto arriesgado.


Para qué nos vamos a engañar... Yo esperaba un imposible por respuesta: sin apenas tener una nociones básicas de costura a querer coser el vestido para la boda de mi mejor amiga, yo misma creía que entremedias había un completo mundo desconocido. Para mi asombro, sucedió todo lo contrario, por parte de Raquel sólo encontré apoyo y facilidades

Patrón en mano, modificaciones a un lado y lecciones prácticas en el otro, me adentré en el paraíso: tomar medidas, cortar, coser y poco cantar, más bien descoser infinitas veces, ese fue mi proceso durante unos meses.



Mis primeras pruebas...


Todas las horas invertidas en él, se tradujeron en satisfacción infinita: ir vestida a una ocasión así de especial con algo hecho por mi, me parecía todo un éxito. Puedo aseguraros que en ningún momento, ni a día de hoy, hubiera cambiado mi vestido ni por algún Valentino.






Factory Chic es un taller de costura situado en Alicante, donde todos los detalles se cuidan con máxima delicadeza. Raquel, como os he contado, es la profesora, y la encargada  de guiarnos en el proceso de aprendizaje, siempre dejando que sea nuestra imaginación y nuestras ganas las que nos lleven a experimentar, como en mi caso, con proyectos que van desde ropa infantil hasta vestidazos de noche. No hay límites ante tus posibilidades. Vamos a aprender tanto como nosotras queramos y, os tengo que decir, que a ese vestido le han seguido unos cuantos proyectos más.



Y a vosotras, ¿os apetecería aprender a coser? ¿Os animáis con los DIY?

Disculpad si las primeras fotos no tienen demasiada calidad,
pero así comprobareis lo casero que ha sido todo el proceso:)

2 comentarios: